Amanece en mi alma,
Después de tantos días desguarnecidos
Y en obscuridad hoy por fin
La aurora ha llegado a iluminar
Mis viñas…
Viñas que en soledad sufriendo están
Por el desgarro de la presencia,
De quien tanto ame…
Especulé que jamás amanecería
En mi alma y en mi corazón,
Porque aun sabiendo que existe el perdón
En la vida me tome el privilegio de conocerlo,
Hoy gracias a ti; a tu sonrisa
Cultivadora de inspiración,
a tu mirada llena de apego,
a tu apacible y delicada voz,
disfruto la tranquilidad y el fulgor
de la bella aurora.
En mi viña te alojare
El tiempo que quieras estar,
Pero con astucia poco a poco
Te iré arraigando a mí ser,
Pues espero que te quedes a mi lado,
Se que es muy materialista
El pensar solo en mi,
Pero no quiero volver a sentir el dolor de
Un desgarre en mi alma…
No obstante ambiciono que te quedes
Junto a mi…
Quédate en mis sumisas viñas,
Te lo imploro por favor
No me abandones en los apogeos del dolor…
Quiero sentir cada amanecer
Tus suaves caricias; caricias que
Hacen desvanecerme
Frente a tu presencia,
Quiero sentir tu dulce sahumerio
Rodeándome con gentileza
Y vistiéndome de fulgor…
Porque música para mis oídos es el palpitar
De tu corazón, como tu respiración,
Que van alegrando cada uno de mis días…
Por eso “Quédate” en mis viñas para que cada
Amanecer pueda sentir lo que es el “amor”…
El amor verdadero que llenara cado
Rincón de mi corazón.
Autora: Olimlsa Ordoñez
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